Moro's blog: abril 2007

Estimado Sr. Férez Yásbek:

Tengo que admitir que no sé que es lo que voy escribir al momento de tener que anotar la dirección del destinatario a quien va dirigida esta misiva tan apremiante. ¿Acaso habita usted en un dantesco infierno donde su condena consiste en echarle los perros eternamente a Cleopatra y que esta no le corresponda? ¿O será a Helena? ¿O a Miroslava? Lo dudo.

Tal vez su sitio sea en el Cielo, pero no en ese de tan límpidos y estilizados horizontes, no ese habitado por lechosos ángeles asexuados, no donde a cada hora las trompetas de la gloria entonan su aguda melodía. Usted no tendría nada que hacer ahí, si la gloria fue suya ¿Acaso traer muertas a toda una generación de mujeres no representaría para una buena parte de la población de varones, indiscutiblemente el paraíso?

No, lo suyo debe ser más acá. Un Limbo, por qué no, harto cosmopolita. Usted debe estar codeándose con la más grande elite de artistas, cantantes, chicas elegantísimas, top models, etc. etc. Sin faltar por su puesto, para acompañar la risa y los tragos, su admiradísimo y paradigmático Clark Gable. El aspecto de este sitio: bien retro. Con una decoración setentera, glamorosa y de colores pastel.

Anhelo que donde quiera que su ánima se encuentre, el menos tenga conexión a la Internet.

¿Qué cómo me enteré de usted? Fue en la Cumbre Tajín 2004. Después de una amplia jornada bajo el sol veracruzano escuchando sones, el zapateado, gitanos y tibetanos haciendo su agosto con la venta de recuerditos, la nieve de barril, cerveza a treinta varos, observando a hermosas muchachas provenientes de todas partes de la Republica y el regocijo de ver como tomaban el sol, tendidas sobre el dulce pasto de los jardines del Parque Temático (visión más próxima a sirenas no puede existir). Después de esto, la noche en el Nicho de la Música reservaba otro aspecto, el más alejado de la tradición. Plastilina Mosh, con su hip hop muy a la Beastie Boys y con aquello de niño- bomba- presidente- niño- bomba- la- nación devolvieron el animo a toda a turisteada. Se bailó, se coreó (bueno al menos las canciones que alcanzamos a comprender lo que decían) y fuimos lanzados varios metros fuera de la explanada del Nicho debido al slam.

Entonces, quizá a la mitad del concierto de los regios, las luces se volvieron tenues, la iluminación redujo su potencia, y Jonas, guitarra al hombro, extendió el brazo derecho y apuntó hacia las paredes convexas del techado del escenario para enunciar: "Este es un homenaje al gran maestro Garcés" y la luz transparente de un proyector mostraba diversas escenas de sus películas al tiempo que interpretaban la instrumental Ode to Mauricio Garcés.

Al rememorar este hecho no puedo evitar que la piel se me erice de las misma manera que ocurrió en aquella ocasión y me emocione y me altere cual chavita pubescente frente a su latin american idol.

Despidiéndome de Poza Rica, llegué a Tampico a documentarme de inmediato sobre su obra y su persona. Y si antes al escuchar su nombre la total indiferencia trascurría por mi mente, ahora, le comento, lo respeto (que a estas alturas a usted, mi respeto, seguramente le vendría valiendo).

Por que lo admiro, quiero confiarle cierta situación que viví hace recientemente: Me enamoré de una linda muchacha que conozco del lugar donde trabajo. Después de unos meses de conversaciones y cortejo, todo iba bien, hasta el momento en que yo cometí el improperio de atreverme a robarle un beso, aun cuando en mi vida he intentado hurtar algo.

La inexperiencia en materia del saqueo, el corazón febril y el cuerpo hecho un manojo de nervios, sacando valor de no-sé-donde, se prestaban a la misión de extraer furtivamente un ósculo cuando una de sus manos detuvo aquel ímpetu y mi hombro izquierdo. La muchacha se molestó y hasta el día de hoy, de eso hace ya un mes, ella no me dirige la palabra.

El día de ayer simplemente me embistió la melancolía. Para tratar de animarme un poco, me dispuse a ver la película donde usted se hace pasar por un diseñador homosexual para poder entrar en el extraño y cambiante mundo de la moda. Algunas sonrisas se perfilan conforme pasa la película, simpática la actuación, inconfundible su férrea voz. Entonces en un dialogo con la modelo de Argentina, surge el chiste:

- “¿Dónde está el probador de señoras?”
- “Soy yo”

Y no puedo contener la risa. Aún en mi tristeza le permito a la melancolía un coffee break y la risa sale disparada como la espuma cuando a uno le sirven mal la cerveza.

Aplano el botón de stop, que está simbolizado por un cuadrito, en el control remoto del reproductor como si quisiera detener de emergencia este ascensor en caída libre de carcajadas. Pero la risa sigue y de un momento a otros brotan las lágrimas y, súbitamente, un sollozo irreprimible; y es que sólo unos cuantos grados de tragedia separan a la risa del llanto.

Yo sé que usted no es el Dr. Corazón, pero le habla un fan de idem que le pide su más caritativa consejo, que finalmente es el motivo principal de esta carta: ¿Qué hacer? ¿Cómo convencer a esta chica que esa impetuosa manifestación de cariño fue en ciertamente honesta? ¿O simplemente debo dejar de ver tanta película y entregarme a la solemne realidad?

Sin más por el momento me despido, esperando afanosamente su respuesta.

Arroz, Sr. Garcés.

Atte.
Un abatido admirador

pues si mis amigos, creo que a raiz de cierto post publicado por el decompuesto http://ldcl.blogspot.com/ donde argumenta que la cantidad de visitas y comentarios de el blog de tamara http://confesionesdelunoaltres.blogspot.com/ depende de la fotografia que se tenga en el blog, parece haberse comenzado una guerra de comentarios y posts entre uno y el otro, cosa en realidad bastante bana y futil -al menos es mi pensar- ya que yo como asiduo lector de ambos blogs me gusta el estilo que manejan ambos, y ademas creo que cada quien dentro de su ambito es muy bueno.
deco: creo que si lo de la foto es cierto, ahora se por que no me visitan jajaja
tamara: gracias por los comments canija jajaja
ahora me voy a seguir estudiando fisiologia !@#$%^&